a Márcio Carvalho
“el sopor, el tormento
el aullido del tiempo…
las flores fuera del agua…
septiembre ya no existía
la primavera
se había disuelto en el viento”
Márcio Carvalho
¿A dónde van los sueños de los muertos?
En la redonda claridad de una gota de lluvia
se aloja la primera escama del pez
el posible pétalo de una rosa
y el cigoto que se multiplica en hombre;
pero el agua que hoy resbala por mi ventana
no puede devolverme la sonrisa
ni el calor de la mano de mi amigo.
Lluvia mentirosa,
no tienes la llave de la puerta donde habitan los abrazos
ni el apretado crujir de corazones
lamiéndose como perros desvalidos
en medio de la tormenta.
Ahora sólo existe la tormenta,
Navaja voladora que corta la tarde
rasgando la palabra que espera la señal del sol.
Las cicatrices y los venenos han quedado atrás
en el fondo del jarrón con las flores de plástico.
Las hojas secas adornaron el borde del poema
y destilaron su savia en el cuenco de unos ojos
hechizados por la magia que parió el silencio.
Afuera, los gatos han guardado los maullidos
debajo de una teja y la noche cerró, por fin, la boca.
Sólo queda la lluvia que moja las desnudas paredes
y diluye el barro del iluminado portal de los hombres.
Quiero creer que los sueños de los muertos
pueden tomar, también, el tren de regreso a casa.
Angélica Santa Olaya
poeta mexicana